Los hábitos inundan nuestra vida y en muchos casos no nos damos cuenta. Están tan arraigados que nos cuesta controlarlos y los realizamos de forma involuntaria como apagar las luces al salir de casa o coger el móvil nada más levantarnos.
Pero hay hábitos que no son saludables y ahora podemos cambiarlos.
¿Cómo cambiar hábitos?
Todos los hábitos tienen algo en común y es que su recompensa nos produce una sensación placentera que nos divierte y facilita que lo recordemos para volver a realizarlo. A este proceso se le llama rutina.
Entonces para que una acción se transforme en hábito hay que buscarle el toque divertido y, en este caso, además saludable ya que el premio será mayor.
La nutricionista Tania Sanz habla así de los hábitos: “Incorporar un hábito es una habilidad que se desarrolla con el tiempo, cada persona tiene habilidades diferentes y además cada hábito puede ser más simple o más complejo que otro.”
Llegar a nuestro objetivo es posible, aunque a veces el camino nos pueda parecer complicado y lleno de baches. Para ayudarnos existen unos trucos que se recomiendan a la hora de estar motivados para realizar el cambio y son:
- Empezar con una sola meta: La idea principal es comenzar por las pequeñas cosas y marcarnos objetivos en torno a esas tareas. Conseguir estos pequeños objetivos hará que te sigas motivando y serás capaz de lograr cualquier meta que te propongas.
Por ejemplo es más sencillo comenzar por el objetivo de cenar sano todos los días, que comenzar por salir a correr diariamente. Obviamente salir a correr requiere más esfuerzo.
Elige una meta y céntrate en ella para que puedas ver el avance que consigues.
Lo importante es ser constante, solo tienes que repetir esa acción que se te resiste hasta que la domines. ¡Tú puedes!
- Hacer un registro diario del nuevo hábito: Para saber si estamos siendo constantes en la realización de nuestro nuevo hábito, es muy importante que llevemos un registro, para ello podemos utilizar una agenda e ir anotando todas nuestras actividades. Además el establecer un horario te ayudará a cumplir tu meta.
- Evaluar el avance de tu nuevo hábito: es hora de ver si la acción con el tiempo te ha hecho controlar mejor el hábito y la actividad. Te proponemos que te evalúes cada 21 días. Si en este periodo de tiempo sientes que ya has incluido ese hábito en tu rutina y ya no te supone esfuerzo realizarlo ¡Lo has logrado! Ya has hecho de esa acción un hábito saludable. Si pasados los 21 días todavía sientes que no lo dominas puedes continuar con el reto y volver a evaluarte pasados otros 21 días.
Todo estos pasos se consiguen con el tiempo y no hay un plazo determinado para conseguirlos. Depende de los objetivos, la intensidad y el progreso que cada persona sea capaz de hacer. La clave es ser constante y estar motivado por la recompensa, ¡disfrutar saludablemente!
¿Qué hábito quieres incluir en tu rutina?